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El verano se acerca y, en esta época, cuidar del cuerpo y llevar una buena alimentación son esenciales para mantenerse en forma.
Por ello, un esfuerzo físico excesivo puede resultar en lesiones inesperadas. En este artículo, abordaremos las lesiones de rodilla más comunes y cómo recuperarse sin necesidad de cirugía.
Las lesiones de rodilla son un problema de salud habitual que afecta tanto a deportistas como a personas sedentarias.
Estas lesiones pueden ir desde distensiones leves de ligamentos hasta rupturas graves, y afectan de manera significativa la calidad de vida de quienes las padecen.
Lesiones más comunes
La doctora Daniela Cuadra, de la Clínica CRL, explica que las lesiones de rodilla más frecuentes incluyen el ligamento cruzado anterior, habitual en deportes como fútbol o rugby, que se produce con giros bruscos o golpes directos, y las lesiones de meniscos, que pueden ser ocasionadas por giros repentinos o desgaste, especialmente en adultos mayores.
También se encuentra la tendinitis patelar, que implica la inflamación del tendón que une la rótula a la pierna, común en deportes de salto como baloncesto o voleibol. Otras incluyen la bursitis, inflamación de las bolsas de líquido por golpes o presión, y osteoartritis, que es el desgaste del cartílago, más frecuente con la edad o tras lesiones previas, causando dolor y rigidez.
Otras lesiones de rodilla son la luxación de la rótula, ligamento colateral medial y el síndrome de la banda iliotibial, que es un malestar en el lateral de la rodilla debido a la inflamación de una banda de tejido, común entre corredores y ciclistas.
“Estas lesiones -añade la doctora Cuadra, especialista en medicina deportiva- pueden variar en gravedad. El tratamiento depende del tipo y la severidad de la lesión. Para la recuperación se recomienda descanso, fisioterapia (invasiva y ejercicios), infiltraciones y, en algunos casos, cirugía.”
Recuperación con tratamientos innovadores
La doctora Cuadra señala que “el tratamiento de las lesiones de rodilla debe adaptarse a las necesidades específicas de cada individuo. Lesiones traumáticas graves, como roturas de ligamentos o luxaciones, podrían requerir cirugía, pero en muchos casos, el tratamiento conservador puede ser suficiente”.
También se pueden considerar infiltraciones antiinflamatorias como corticoides, uso de viscosuplementación como ácido hialurónico, o métodos más avanzados como plasma rico en plaquetas (PRP) o suero rico en factores (SRF).
“El diagnóstico preciso y la personalización del tratamiento son la clave para optimizar la recuperación y el regreso a la actividad física”, subraya la doctora Cuadra, quien posee un máster en ecografía musculoesquelética e intervencionismo ecoguiado en Sevilla y un máster en nutrición y dietética, con mención en nutrición deportiva en Madrid.
Trabajo kinésico
El trabajo kinésico es fundamental para la recuperación de lesiones de rodilla, especialmente en deportistas. La doctora Cuadra ofrece algunas recomendaciones:
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Recuperar la función muscular y articular: Fortalece los músculos que rodean la rodilla y mejora la movilidad. -
Prevenir atrofia muscular: Mantiene la fuerza muscular durante la rehabilitación. -
Mejorar la estabilidad y el equilibrio: Restaura la propiocepción y previene futuras lesiones. -
Reducir dolor e inflamación: Mediante técnicas avanzadas como la electrólisis percutánea invasiva (EPI) o la neuromodulación percutánea (NMP). -
Rehabilitación postquirúrgica: Es fundamental tras cirugías como la reparación de ligamentos o meniscos. -
Mejorar la flexibilidad: Aumenta el rango de movimiento de la rodilla. -
Prevenir nuevas lesiones: Corrige desequilibrios musculares y mejora la técnica de movimiento. -
Retorno seguro al deporte: Facilita un regreso progresivo al deporte con menor riesgo.
Prevención de lesiones
Para evitar lesiones de rodilla, es crucial seguir estas estrategias:
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Fortalecimiento muscular: Desarrolla los músculos que rodean la rodilla para mejorar su estabilidad. -
Mejorar la flexibilidad: Realiza estiramientos y mantiene el rango de movimiento adecuado. -
Entrenamiento de equilibrio: Practica ejercicios de propiocepción para mejorar el control de la rodilla. -
Técnica deportiva correcta: Ejercita movimientos controlados y adecuados para tu deporte. -
Calzado adecuado: Usa zapatos que proporcionen buen soporte y amortiguación, según el deporte. -
Evitar sobrecargas y descansar: Alterna días de alta intensidad con descanso o ejercicio de bajo impacto. -
Calentamiento y enfriamiento: Prepara las articulaciones antes del ejercicio y relájalas después. -
Controlar el peso corporal: Mantén un peso saludable para reducir la presión sobre las rodillas.
Con Información de portalmetropolitano.cl