Este viernes, China anunció que tomará «todas las contramedidas necesarias» para proteger sus «derechos e intereses legítimos», tras el anuncio de Estados Unidos sobre un incremento en los aranceles adicionales que se aplicarán a los productos chinos a partir del 4 de marzo. El presidente estadounidense, Donald Trump, prometió duplicar estos aranceles, llevándolos hasta un 20%, argumentando que China no ha hecho lo suficiente para combatir la entrada de fentanilo a EE.UU.
En un comunicado, el Ministerio de Comercio de China expresó su categórica oposición a esta decisión, reafirmando que los aranceles unilaterales violan las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y perjudican el sistema de comercio multilateral. La institución resaltó que China cuenta con «algunas de las políticas antidrogas más estrictas y exhaustivas del mundo» y que ha colaborado activamente con todos los países, incluido EE.UU., en la lucha contra el narcotráfico.
Pekín criticó a Washington por «ignorar los hechos» y advirtió que la imposición de aranceles adicionales no resolverá sus propios problemas, sino que aumentará la carga sobre las empresas y consumidores estadounidenses y socavará la estabilidad de la cadena de suministro global. El comunicado también instó a EE.UU. a regresar a la mesa de diálogo de manera «igualitaria» para resolver las diferencias lo más pronto posible.
Por su parte, Trump ha condicionado la implementación de estos aranceles a los «progresos» en la lucha contra el tráfico de fentanilo, un opioide que ha causado miles de muertes en EE.UU. Además, anunció tarifas del 25% a México y Canadá, argumentando que las drogas provienen principalmente de México y China.
En respuesta a los primeros aranceles, China aplicó tarifas del 10-15% a ciertos productos estadounidenses, implementó nuevos controles a la exportación de minerales clave y abrió una investigación contra Google. Pekín también protestó contra los gravámenes del 25% a las importaciones de acero y aluminio, considerándolos perjudiciales para otros países como Canadá y México, que a su vez venden estos productos a EE.UU.
Durante su primer mandato, Trump impuso varias rondas de aranceles que suman aproximadamente 370.000 millones de dólares anuales, lo que tensó aún más la relación comercial entre ambos países.
Con Información de hoysantiago.cl