
Chile perdió 2-0 contra Bolivia (17 puntos) en las Clasificatorias al Mundial 2026, quedando así fuera de toda opción matemática de clasificar a la cita en Norteamérica, con solo 10 puntos, ocupando el último lugar en la tabla.
Este partido fue la clara muestra de la crisis que atraviesa el fútbol chileno, con una dirigencia que no da pie con bola y totalmente desconectada de la realidad, encabezada por Pablo Milad, quien parece no tener la fortaleza necesaria para guiar la ANFP y la Federación, que aún persisten bajo la misma mediocridad inexplicable.
Bolivia supo aprovechar el juego a más de 4 mil metros de altura, abriendo el marcador a los 6 minutos con un gol de Miguel Terceros.
La expulsión de Lucas Chavez a los 19 minutos encendió las esperanzas para Chile, pero el equipo no mostró ideas, ni juego, ni presión, ni orden, al igual que toda la era del técnico Ricardo Gareca, y desaprovechó la ventaja numérica.
La tarjeta roja para Francisco Sierralta, defensa del Watford inglés, igualó las cosas, permitiendo que Bolivia retome el control del partido y finalizara con un 2-0, marcado por Enzo Monteiro a los 90 minutos.
El caso de Gareca merece mención aparte. Se le había visto como el «mesías» que salvaría al equipo nacional de sus caídas constantes desde la era de Eduardo Berizzo, pero terminó siendo el sepulturero del equipo, con instrucciones poco claras, convocatorias absurdas, alineaciones incomprensibles, cambios insólitos, y una falta de conexión con el medio local.
Su elevado sueldo, el séptimo más alto del mundo, se tiró a la basura por un estratega que no pareció hacer pie con la realidad chilena y sus métodos parecieron sacados de otra época. Todo mal, según G5noticias.cl.
El DT se despidió de los jugadores en el vestuario tras el partido, y con la confirmación de la eliminación, su contrato lo dejaba fuera del equipo si no lograba clasificar al Mundial.
Los jugadores, por su parte, se mostraron desorientados, exhibiendo un nivel muy por debajo del que muestran en sus clubes. Todo esto bajo esquemas tácticos anticuados y una planificación bastante liviana.
La realidad es dura: Chile lleva tres mundiales sin clasificar: la debacle rumbo a Rusia 2018, el desorden hacia Qatar 2022, y esta caída en la búsqueda de EE.UU.-Canadá-México 2026.
Mientras tanto, Bolivia aún sueña con llegar al Mundial y alcanzar a Venezuela para pelear por un puesto en el repechaje, habiendo mostrado pragmatismo y eficiencia, conscientes de sus limitaciones y fortalezas.
Incluso, los hinchas bolivianos se dieron el lujo de cantar «Chao Chile» como una burla, desahogándose tras años de amarguras por fracasos anteriores. Los altiplánicos sueñan con regresar a la cita mundialista, como lo hicieron en 1994 en EE.UU.
Para la penúltima fecha, Bolivia visitará a Colombia y luego recibirá a Brasil. Chile, en tanto, enfrentará a Brasil de visita y luego será local ante Uruguay.
Con Información de portalmetropolitano.cl