Alicia Castillo, Directora de la Escuela de Derecho de la Universidad de Las Américas.
El 6 de febrero de 1877 se firmó en Viña del Mar el conocido “Decreto Amunátegui”, identificado con el N°547 del Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública. Este documento lleva la firma del Presidente de la República, Aníbal Pinto, y del ministro Miguel Luis Amunátegui.
Dicho decreto permitió a las mujeres acceder a estudios universitarios, con la posibilidad de rendir exámenes reconocidos para obtener títulos profesionales, siempre que cumplieran con las mismas condiciones que los hombres. Esto marcó el inicio de la participación femenina en la educación superior, permitiéndoles dar exámenes de ingreso y estudiar las mismas carreras que sus pares masculinos.
Varias de estas mujeres alcanzaron renombre internacional, como Eloísa Díaz (1866-1950), quien se convirtió en la primera mujer en Chile y en Latinoamérica en graduarse como médico en 1887, y la doctora Ernestina Pérez Barahona (1865-1951), quien fue la segunda en obtener este título.
Otro caso notable es el de Matilde Throup (1870-1922), la primera abogada del país. Aunque hay pocos datos sobre su biografía, se sabe que obtuvo su grado de Bachiller el 25 de mayo de 1891 y la Licenciatura en Derecho el 6 de junio de 1892. Su titulación tuvo un eco en países como Bélgica y Argentina, donde también empezaron a otorgar el título de abogada a mujeres.
Tras su graduación, Matilde Throup enfrentó múltiples retos. Según crónicas de la época, cuando postuló a un puesto de Notario Público y Secretaria del Juzgado de Letras de Ancud, su solicitud fue rechazada debido a “incompatibilidad moral por la diferencia de sexo”. Sin embargo, al apelar a la Corte Suprema, logró una sentencia favorable que estableció un precedente para la inclusión de mujeres en cargos públicos.
La segunda mujer en obtener el título de abogada fue Matilde Brandau (1870-1948), quien se graduó seis años después de Throup. Se destacó en el ámbito educativo y en la investigación, publicando obras que abogaban por los derechos civiles de las mujeres.
A casi 150 años del “Decreto Amunátegui”, es oportuno rendir homenaje a estas valientes mujeres que, con su coraje, esfuerzo, perseverancia e inteligencia, superaron las enormes dificultades de su tiempo para abrirse paso en un ámbito que era exclusivamente masculino.
Con Información de www.elrancaguino.cl