A pesar de los informes técnicos que advertían sobre riesgos, el Gobierno autorizó el megaproyecto de la Asociación Gremial Agrícola Central y Sociedad de Ríos Claros S.A. (Casino Dreams) en Talca sin realizar una evaluación ambiental previa. Esta decisión contrasta con el discurso ambientalista promovido por el Ejecutivo.
En Talca, en el área que antes ocupaba la ex Fital y junto al cauce del Río Claro, se ha generado un conflicto entre el desarrollo económico, la protección del medio ambiente y la legalidad urbana. La propuesta para edificar un nuevo casino de la cadena Dreams, a través de Ríos Claros S.A., ha generado división entre autoridades, residentes y organismos técnicos desde 2022. Presentamos a continuación los hitos más destacados en esta historia que aún está en desarrollo.
2022: Anuncio y licitación
En mayo de 2022, la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) lanzó una nueva licitación para la operación del casino municipal de Talca. La concesionaria actual, Casino Talca S.A., compitió con Dreams, que presentó un ambicioso proyecto en el terreno de la ex Fital.
En diciembre de ese mismo año, la SCJ adjudicó la operación a Ríos Claros S.A. (Dreams), lo que marcó un cambio significativo en el proceso. El proyecto incluía un moderno centro de entretenimiento y hotelería cerca del Humedal Urbano del Cajón del Río Claro, lo que generó de inmediato cuestionamientos de urbanistas y organizaciones medioambientales.
2023: Reclamos judiciales y oposición técnica
El año 2023 estuvo marcado por la judicialización del proyecto. En marzo, Casino Talca presentó recursos de protección y reclamaciones ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia y la Corte de Apelaciones de Santiago, alegando irregularidades en la evaluación y calificación de puntos.
Al mismo tiempo, informes de entidades como la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) y la Municipalidad de Talca objetaron el proyecto por su ubicación. En octubre de 2023, la DOH advirtió que el terreno propuesto se sitúa en una zona de alto riesgo de inundación y que rellenar o construir sobre pilotes no mitigaría el peligro para las comunidades cercanas.

2024: Humedal declarado y alerta ambiental
En diciembre de 2024, gracias al trabajo constante de comunidades ambientalistas, el Ministerio del Medio Ambiente reconoció formalmente el Humedal Urbano Cajón del Río Claro, conforme a la Ley 21.202. El área adyacente al terreno del futuro casino quedó bajo protección, lo cual reavivó la presión ciudadana para detener el proyecto.
Sin embargo, el casino no ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), ya que el terreno no contaba con protección al momento de su postulación, lo que creó un vacío legal complicado de revertir. Expertos en medio ambiente denunciaron una “omisión grave” en el análisis del impacto ecológico.

2025: Fallo judicial y disputa pública
El 6 de febrero de 2025, la Corte de Apelaciones de Santiago resolvió de manera contundente: confirmando la legalidad del proceso de licitación y rechazando los recursos presentados por la concesionaria actual. La SCJ celebró este fallo, señalando que es un “proceso transparente y ajustado a derecho”.
No obstante, autoridades locales, incluyendo al alcalde de Talca y representantes del Ministerio de Obras Públicas, reiteraron que el proyecto aún carece de permisos necesarios en materias de construcción, hidráulica, urbanismo y evaluación ambiental. La controversia se intensificó cuando Dreams denunció una “campaña de desinformación” y anunció acciones legales contra medios y autoridades que cuestionaron su iniciativa.
Una historia que aún no concluye
Actualmente, el proyecto se encuentra en un momento crucial. La decisión del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) del Maule, de permitir que el proyecto “Modificación Parque Ferial AGAC”, que incluye la construcción del Casino Dreams, avance sin someterse a un Estudio de Impacto Ambiental (EIA), ha generado una ola de críticas. Esto se debe a que su construcción se sitúa en una zona históricamente inundable y a menos de 500 metros del humedal urbano protegido por ley.
La resolución, firmada el 30 de mayo y publicada recientemente, autoriza la ejecución del megaproyecto —que abarca un centro de convenciones, explanadas, restaurantes y un casino en 4,5 hectáreas del ex recinto Fital— sin consulta ciudadana ni análisis técnico independiente.
El terreno colinda con el Humedal Urbano Cajón del Río Claro y Estero Piduco, reconocido oficialmente en diciembre de 2024 por el Ministerio del Medio Ambiente. A pesar de esto, la Seremi del Medio Ambiente del Maule, en su Oficio N.º 3467, concluyó que no es necesario su ingreso al SEIA, basándose únicamente en la información proporcionada por el titular, sin contrastarla con informes técnicos externos.
Además, la Dirección General de Aguas (DGA) y la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH) han alertado sobre la existencia de un acuífero vulnerable y los riesgos potenciales de inundación.
Lobby documentado
De acuerdo con la plataforma de Ley del Lobby, representantes del proyecto —incluyendo Agrícola Central, consultoras ambientales y abogados— mantuvieron al menos cinco reuniones con autoridades del SEA y del Ministerio del Medio Ambiente. Entre los participantes se encuentran Valentina Durán (directora nacional del SEA), Roberto Olave Astudillo (SEA Maule) y Daniela de la Jara (Seremi del Medio Ambiente del Maule).
La presión para acelerar el proceso podría estar relacionada con una cláusula de la Superintendencia de Casinos de Juego, que exige que el recinto deba estar operativo antes de octubre de 2026, o de lo contrario, el grupo Dreams perdería la concesión para operar en la ciudad.
El SEA reconoció que no emitió una autorización ambiental formal, sino solo una “opinión técnica” sin carácter vinculante. A pesar de esto, el proyecto puede avanzar sin requerir un EIA.
¿Qué podría estar en riesgo?
El humedal urbano colindante alberga especies nativas y protegidas, como el picaflor chico, la culebra de cola larga y el sapo de rulo. Además, cumple funciones ecosistémicas fundamentales, como absorber CO₂, mitigar inundaciones y recargar acuíferos.
La cercanía del humedal con el proyecto y la posible filtración de aguas desde zonas impermeabilizadas podrían alterar los flujos naturales del ecosistema, afectando de manera significativa su equilibrio. Es importante considerar que el terreno dejará de absorber el agua de las lluvias, ya que será reemplazado por superficies de cemento.

Posibles acciones futuras
El megaproyecto aún debe obtener permisos sectoriales para continuar su construcción. Sin embargo, ciudadanos y organizaciones pueden recurrir a la Superintendencia del Medio Ambiente, a la Contraloría General de la República o incluso a tribunales ambientales, buscando revertir la decisión del SEA, alegando una posible irregularidad por la existencia de una dualidad de promitentes, lo que infringiría la normativa legal vigente.
Aunque se argumenta que el futuro proyecto podría traer múltiples beneficios para la comunidad de la región del Maule, también existen interrogantes entre las organizaciones ambientales sobre la protección del humedal urbano.
Con Información de www.diarioelcentro.cl