La ingesta de estas bebidas no siempre es apropiada y solo resulta beneficiosa para quienes necesitan reponer electrolitos y azúcares perdidos tras la actividad física.
A pesar de que las bebidas isotónicas son populares entre los atletas, muchas personas que no realizan ejercicio intenso las consumen de manera inapropiada, lo que puede tener efectos negativos en la salud debido a su alto contenido de azúcares y calorías. Además, hay quienes las ofrecen a niños y niñas sin conocer los posibles efectos a corto, mediano y largo plazo.
Claudia Castillo, docente de la carrera de Nutrición y Dietética en la Universidad de O’Higgins (UOH), aclara que, para quienes no son deportistas, la mejor forma de hidratación es consumir agua común de manera regular, y especialmente durante el entrenamiento. Si bien las bebidas isotónicas pueden ser beneficiosas para quienes realizan ejercicios de alta intensidad, no son necesarias para todos los niveles de actividad física, ni para quienes tienen un estilo de vida sedentario.
Reponiendo lo perdido
La nutricionista explica que, aunque las bebidas isotónicas son comúnmente consideradas esenciales para la hidratación, están diseñadas específicamente para reponer electrolitos y nutrientes perdidos durante esfuerzos prolongados.
«No se recomienda el uso de bebidas isotónicas para personas que no están haciendo ejercicio. Son efectivas solo en entrenamientos de alta intensidad y duración, y no deben considerarse una opción habitual. Se sugieren solo para personas adultas que realicen actividad física de intensidad moderada durante, al menos, una hora», puntualiza la docente.
En términos generales, su consumo está dirigido a quienes participan en actividades físicas que provocan sudoración excesiva, como maratones o entrenamientos de alto rendimiento, o en condiciones extremas. Esto se debe a que el cuerpo necesita reponer tanto líquidos como sales para evitar desbalances que puedan afectar el rendimiento o incluso causar problemas como la hiponatremia (baja concentración de sodio en la sangre), según explica la experta.
Desmontando mitos
Por otro lado, Castillo destaca que uno de los mitos más comunes sobre las bebidas isotónicas es que no contienen calorías. En realidad, estas bebidas tienen azúcares de rápida absorción que pueden ser perjudiciales si no se gastan a través del ejercicio. «Estos líquidos tienen aproximadamente 4 gramos de azúcar por cada 100 ml, lo cual puede tener efectos adversos en la salud. Un litro de bebida isotónica puede contener hasta 40 gramos de azúcar, lo que equivale a unas 8 cucharaditas, incrementando significativamente la ingesta calórica».
Por esta razón, advierte que el consumo de estas «bebidas deportivas» en personas que no realizan ejercicio intenso no ofrece ningún beneficio adicional; al contrario, puede generar un exceso de calorías, desequilibrios en la nutrición y aumento de peso. Insiste en que su ingesta debe estar justificada únicamente por la necesidad de reponer azúcares, líquidos y electrolitos perdidos debido al esfuerzo físico y la sudoración.
Agua y señales inequívocas
En cuanto a la hidratación, la experta aclara que durante el ejercicio intenso, el cuerpo genera calor y regula su temperatura mediante la sudoración. En este contexto, la sed y el cambio en el color y cantidad de la orina son señales claras de pérdida de líquidos, indicando la necesidad de consumir reponedores. «Y nada es mejor que el agua para hacerlo; el American College of Sports Medicine afirma que el agua es suficiente para reponer líquidos sin agregar calorías ni azúcares, por lo que se recomienda beber entre 2 a 3 litros diarios, dependiendo de factores como el clima y la actividad física».
Ni para niños, ni para niñas
Otro asunto importante para Castillo es el consumo injustificado de bebidas isotónicas en niños y niñas, ya que sus propiedades no pueden ser quemadas con la misma intensidad que en los adultos. Por ello, exhorta a padres y representantes a no ofrecer este tipo de bebidas a menores, debido al potencial riesgo de obesidad, caries dentales y otras enfermedades. Recomienda el agua como la principal fuente de hidratación para los niños, tal como establece la Asociación Americana de Pediatría.
Con Información de www.diarioelpulso.cl