La reforma del sistema de pensiones que ha presentado el Gobierno es una decisión crucial que impactará a todos los chilenos y determinará el futuro de millones de trabajadores. Por ello, su debate debe realizarse con la debida calma y no basarse en soluciones superficiales, sino en un análisis exhaustivo y en propuestas técnicas responsables.
La semana pasada se entregaron 176 páginas de indicaciones, lo que complica un examen adecuado en el corto tiempo que se ha establecido para discutir y aprobar una medida de tal relevancia.
Uno de los aspectos más preocupantes es el artículo 1 de la reforma, que contempla una cotización obligatoria del 8,5%:
• Solo el 4,5% se destinará directamente a la cuenta individual del trabajador.
• Un 1,5% se convertirá en un “préstamo” obligatorio al Estado.
• El 2,5% restante será asignado a un fondo de “protección” que no incrementará de inmediato la pensión, ya que será prestado al sistema durante 20 años antes de ser reembolsado en forma de un bono amortizado en cuotas.
Además, debemos considerar una seria preocupación fiscal, especialmente en un contexto donde el ministro de Hacienda ha tenido que ajustar repetidamente sus proyecciones económicas.
Este no es un debate ideológico, sino una cuestión de responsabilidad pública. Problemas como la informalidad laboral y las lagunas previsionales siguen sin solución, y esta propuesta parece pasarlos por alto.
Chile necesita una reforma que sea técnicamente sólida, sostenible y responsable. Por ello, hago un llamado a los parlamentarios, candidatos y responsables de la toma de decisiones.
No comprometamos el futuro con decisiones apresuradas. Asegurémonos de que cada peso aportado corresponda a una inversión directa en las pensiones de los trabajadores.
La urgencia no puede ser excusa para la improvisación. Es momento de pensar en el largo plazo. Chile lo merece.
Fernando Ugarte
Ex candidato a Gobernador Regional
Con Información de www.elrancaguino.cl
