La DANA, conocida en Chile como Baja Segregada, ha provocado inundaciones severas y cientos de víctimas en las ciudades españolas de Valencia y Barcelona. Este suceso resalta la posibilidad de que fenómenos similares puedan ocurrir en nuestro país, que está constantemente expuesto a condiciones climáticas extremas.
“Las Bajas Segregadas (BSs) o DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) se originan por olas atmosféricas que generalmente oscilan a unos 5.000 metros de altitud y presentan una circulación ciclónica en sentido horario. Estas pueden atraer vapor de agua de zonas tropicales. Cuando se combinan con un patrón de bloqueo o un movimiento estacionario, pueden resultar en intensas precipitaciones, como las que se han visto en España, donde se registraron hasta 400 mm de lluvia en un lapso de 48 horas, ocasionando inundaciones devastadoras”, señala Raúl Valenzuela, académico del Instituto de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad de O’Higgins (UOH) y investigador del CR2.
En términos sencillos, el especialista en Ciencias Atmosféricas explica que este fenómeno se produce cuando las ondas de Rossby, oscilaciones atmosféricas a gran escala que se mueven de oeste a este, incrementan su amplitud y disminuyen su velocidad hasta «romperse», generando depresiones aisladas que resultan en lluvias prolongadas.
Cambio climático
El experto aclara que la Baja Segregada se origina por la ruptura de una onda de Rossby. “El aumento de la temperatura provoca que haya mayor cantidad de humedad en la atmósfera, lo que puede intensificar las lluvias en el país”, aunque, según Valenzuela, Chile aún presenta un 90% de vulnerabilidad a ríos atmosféricos, fenómenos más comunes en la región.
“El calentamiento global incrementa la capacidad de la atmósfera para retener vapor de agua. A medida que se calienta, el aire puede contener más humedad sin que se condense inmediatamente. Esto permite que fenómenos como la Baja Segregada liberen mayores volúmenes de agua en forma de lluvias intensas, que pueden ocurrir en diversas áreas del país”.
¿Estamos preparados?
El investigador advierte sobre los posibles daños de este fenómeno, que no es exclusivo de Europa. Por ello, enfatiza la necesidad de fortalecer los sistemas de alerta temprana y la preparación frente a situaciones que se están volviendo impredecibles y que podrían incluso superar las ventajas geográficas que Chile tiene en el hemisferio sur.
“Hemos tenido suerte, ya que estamos en el hemisferio sur, lo que juega a nuestro favor. Los fenómenos se intensifican en zonas continentales, y el hemisferio sur tiene menos masa continental que el norte. Así, si hay olas de calor o lluvias en el norte, estas tienden a ser más intensas debido a la circulación de Rossby.”
Así, el desafío, según el especialista, no se limita a prever estos eventos, sino a cómo el Estado actúa ante tales situaciones, cuestionando si instituciones chilenas como la Dirección Meteorológica de Chile o la Dirección General de Aguas (DGA) están adecuadamente preparadas para enfrentar estas amenazas, o si el Estado debería considerar una nueva estructura institucional.
Alerta temprana
El investigador también propone que el país aproveche la gran cantidad de datos e investigaciones generadas por universidades y centros de investigación para mejorar la capacidad de respuesta y la precisión de las predicciones, lo que ayudaría a reducir la vulnerabilidad ante fenómenos meteorológicos como las Bajas Segregadas. Esto incluye capacitar a los profesionales responsables de comunicar los mensajes de emergencia, de manera clara y eficaz, para que la población pueda actuar a tiempo y evitar situaciones como las sucedidas recientemente en España, donde “las alertas, lamentablemente, llegaron demasiado tarde”.
El artículo Bajas segregadas: las olas atmosféricas que podrían causar estragos en Chile fue publicado por Osorno en la Red.
Con Información de osornoenlared.cl