La resistencia a los antimicrobianos, incluyendo los antibióticos, representa uno de los mayores peligros para la salud y el desarrollo de la población a nivel mundial, según lo afirma la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos A.G. (Asilfa).
Los antimicrobianos —específicamente los antibióticos, antivirales, antifúngicos y antiparasitarios— son fármacos destinados a prevenir y tratar infecciones en humanos, animales y plantas, tal como lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS ha señalado que esta resistencia se encuentra entre las diez principales amenazas a la salud pública que enfrenta la humanidad, ya que la falta de medicamentos eficaces pone en riesgo tratamientos como los destinados a controlar infecciones o las quimioterapias utilizadas en el tratamiento del cáncer.
“La resistencia a los antimicrobianos se produce cuando microorganismos como bacterias, hongos y parásitos evolucionan con el tiempo y dejan de ser sensibles a los medicamentos. Esto complica el tratamiento de las infecciones y aumenta el riesgo de propagación de enfermedades y la aparición de nuevos tipos de estas”, explica Patricio Huenchuñir, vicepresidente ejecutivo de Asilfa.
Generalmente, los cambios en los microorganismos son causados por factores naturales y se deben fundamentalmente a alteraciones genéticas que se propagan entre ellos. De esta manera, los antibióticos y otros fármacos antimicrobianos pierden su eficacia, convirtiendo el tratamiento de las infecciones en un reto cada vez más difícil, fenómeno conocido como “farmacorresistencia”.
Las repercusiones también se observan en el ámbito económico, dado que los costos de atención médica aumentan, se incrementa la comorbilidad y mortalidad, y las estancias hospitalarias se prolongan. Esta situación ha llevado a la OMS a establecer una Alianza Mundial para la Investigación y Desarrollo de Antibióticos, cuyo objetivo es encontrar nuevos antimicrobianos. A su vez, el sector farmacéutico ha respondido con la creación del ARM Action Fund, con la meta de introducir entre dos a cuatro nuevos antibióticos en la próxima década.
La relevancia de la educación
Enfermedades como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea y ciertas infecciones transmitidas por alimentos se están volviendo cada vez más difíciles de tratar debido a la disminución de la efectividad de los antibióticos. Se proyecta que para el año 2050, esta crisis podría causar más de 10 millones de muertes anuales.
El uso inadecuado y excesivo de antimicrobianos es un factor determinante en esta problemática, aunque no es el único. También influyen la falta de eficacia en las medidas de prevención y control de enfermedades, el escaso conocimiento sobre el uso adecuado de medicamentos, y la falta de cumplimiento en las normativas sobre la venta de estos fármacos sin receta médica.
Huenchuñir subraya la importancia de concienciar y adoptar medidas para mitigar el impacto de esta situación. Los ciudadanos pueden contribuir evitando el uso de antibióticos y otros antimicrobianos sin orientación médica, no demandando estos medicamentos durante consultas, evitando el uso de fármacos sobrantes de tratamientos anteriores o de otras personas, y fomentando la prevención de infecciones mediante el lavado frecuente de manos.
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Con Información de osornoenlared.cl