Un quinto foco, de menor magnitud que los anteriores y al que se le ha dado el nombre de Tyler, comenzó a arder en la madrugada del miércoles en el condado vecino de Riverside, pero las autoridades informaron que está "100% contenido".
El proceso de evacuación en Pacific Palisades fue caótico al principio, debido a las características de esta zona residencial, que carece de suficientes rutas de acceso. En ciertos momentos, la principal vía de entrada y salida se vio saturada, ya que los vecinos intentaban escapar del peligro de las llamas mientras los bomberos necesitaban acceder a la zona.
Las autoridades tuvieron que recurrir a maquinaria pesada para despejar los vehículos que obstruían el acceso a los camiones cisterna.
"A las 10:45 de la mañana, vi unas llamas en las montañas de Santa Mónica y, en una hora, Sunset Boulevard estaba completamente colapsado. Dos horas después, ocurrió un ataque de pánico masivo, con todos los vecinos tratando de evacuar al mismo tiempo", cuenta la periodista de la BBC, Lucy Sheriff, residente de la zona.
"Observé a un padre con su hija de 10 años, vestida con su uniforme escolar, corriendo por la calle en busca de seguridad, y escuché a una mujer mayor pidiendo ayuda para subir a su auto y huir, pero nadie se detuvo para ayudarla", añade.
"Nunca recibí un mensaje de evacuación ni una alerta de incendio, ni mi pareja. Me enteré por otros vecinos y el proceso de evacuación fue extremadamente frenético".
Se llevó a cabo la evacuación de escuelas y centros de salud, y se establecieron refugios para acoger a los desalojados.
Los incendios se produjeron solo dos semanas después de que otro foco, denominado Franklin, arrasara cientos de hectáreas durante nueve días en Malibú.
Mientras tanto, la alerta por vientos ha llevado a las compañías eléctricas a planificar cortes de energía temporales para prevenir la aparición de nuevos focos de incendio debido a la trayectoria de los vientos.
Los meteorólogos han señalado que estas son las condiciones más adversas para incendios en más de una década, no solo en Los Ángeles, sino en todo el sur de California.
"Estos son los vientos más destructivos que hemos presenciado en décadas", declaró a la BBC Ariel Cohen, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional de Los Ángeles.
"Estamos experimentando vientos entre 128 y 160 km/h, que están facilitando la propagación del fuego", enfatizó.
Además, adelantó que se espera que los vientos mantengan su fuerza durante varias horas y que no se prevén lluvias en los próximos días.
"El escenario es catastrófico".
(Imágenes: Getty Images, EPA)
PURANOTICIA // BBC MUNDO
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