En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, aprovechamos la ocasión para reflexionar sobre esta problemática que persiste, manifestándose de diversas maneras en un país marcado por la desigualdad, donde miles de personas enfrentan desventajas injustas.
Hoy queremos compartir dos afirmaciones esenciales:
A pesar de la polarización política que se ha intensificado entre los sectores responsables de tomar decisiones cruciales para Chile, existe un alentador contraste con la realidad que observan estas instituciones a diario: hay personas en todos los rincones del país, muchas de ellas dispuestas a dialogar, colaborar y trabajar por el bienestar común.
Además, aunque la corrupción y los relatos de intolerancia y violencia son preocupantes en el debate público, también hay voces que se oponen a ello: comunidades organizadas y comprometidas que luchan contra la pobreza cada día, aportando sus recursos, su disposición y su deseo de colaborar por el bienestar de sus territorios.
El liderazgo y compromiso de estas personas son más valiosos que nunca, ya que representan, en gran medida, el patrimonio social de Chile.
Si bien nuestro país continúa haciendo progresos en la reducción de la pobreza por ingresos, sabemos que este problema se manifiesta de maneras más complejas: más del 16% de los chilenos enfrenta carencias significativas en su bienestar. El simple hecho de vivir en ciertas condiciones, recibir atención sanitaria de mala calidad, contar con pensiones bajas, carecer de vivienda, habitar en zonas inseguras, enfrentar sequías, o lidiar con elevadísimos costos en bienes esenciales, aumenta el riesgo de experimentar pobreza. La lista de posibles carencias es extensa y angustiante. Por eso, es crucial construir un relato común que aborde las causas, manifestaciones y posibles soluciones para superar la pobreza y la inequidad, en el que participen tanto quienes toman decisiones relevantes como quienes viven esta realidad en el país.
Nos cuestionamos: ¿es la pobreza una prioridad en la agenda nacional?
Consideramos que no lo es, pero existe una comunidad activa y comprometida. Las personas con las que colaboramos, en su mayoría jóvenes, están dispuestas a trabajar por el bien común. Sus historias sobre lo que han construido en conjunto y la esperanza de las comunidades en las que están involucrados chocan drásticamente con la narrativa de un país dividido que presentan algunos. Estos últimos son incapaces de llegar a un acuerdo ni sobre cómo combatir el crimen organizado ni sobre cómo recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones.
En este mes electoral, es fundamental que las nuevas autoridades regionales y municipales comprendan que la pobreza hoy se manifiesta de múltiples formas y ámbitos que requieren soluciones pertinentes y participativas para alcanzar un desarrollo sostenible, así como promover la autonomía y el compromiso de la comunidad.
En un contexto donde las divisiones se intensifican y el discurso de odio y segregación gana terreno, es vital recordar que son más los chilenos y chilenas que prefieren sentarse a dialogar que romper el diálogo. Al abordar el tema de la pobreza, no solo hablemos de promedios y estadísticas; centrémonos en vidas, oportunidades, sueños y dignidad. La pobreza multidimensional afecta actualmente a más de tres millones de compatriotas que enfrentan esta realidad con diversos esfuerzos y dificultades. Este es un llamado a la acción, al diálogo y a la integración. En este día, honramos a aquellos que mantienen viva la esperanza, el optimismo y la solidaridad. Los vemos en acción todos los días.
Hans Rosenkranz, Comunidad de Organizaciones Solidarias
Catalina Littin, Fundación Superación de la Pobreza
Liliana Cortés, Hogar de Cristo
Magdalena Valdés, América Solidaria
Benjamín Donoso, TECHO-Chile
Con Información de osornoenlared.cl